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martes, 9 de noviembre de 2010

Una araña en el zapato: Narración y paradigma linguístico (Páginas desde 53 hasta 59)

Estos maravillosos infantiles "vivieron felices muchos años" . En cambio, en una novela objetivista, o en un relato experimental, la simple acción de servirse un café puede demorarse varias páginas.
Como es evidente, en la mayoría de textos narrativos ficcionales hay una duración del tiempo del relato que no se ciñe a lo que se supone que duran los hechos de la historia. Genette propone analizar esta relación comparando el lapso temporal al que alude la historia - o sea, el tiempo que esos hechos podrían demorar en la vida real- y la cantidad de espacio físico- páginas, renglones o palabras- que el relato le adjudica a dicho lapso.
Este tipo de disparidad entre la velocidad del tiempo de la historia y el del relato da lugar a cuatro clases de alteraciones de uración: escena, pausa, resumen y elipsis. Como se verá a continuación, estas alteraciones son recursos que contribuyen a construir el ritmo narrativo, tienen que ver con el grado de agilidad o lentitud del relato: las pausas descriptivas contribuyen a un relato moroso, mientras que el resumen y la elipsis generan textos dodde predomina la acción.
En la escena, el tiempo del relato es casi igual al tiempo de la historia. El término "escena", propio de los textos dramáticos y también de los guiones, se relaciona de inmediato con le diálogo de personajes, que constituye el ejmplo más adecuado aunque no sea el único. la escena parece desarrolllar la historia que se narra ante nuestros ojos, con la velocidad o lentitud que tendría si sucedería realmente. El tiempo del relato es en estos casos casi igual al de la supuesta duración de los hechos en la historia. "los asesinos", de Hemingway, analizando en el capítulo I, utiliza extensamente este recurso.

La puerta del restaurante Henry se abrió y entraron dos hombres, que se sentaron ante el mostrador.

-¿Qué les sirvió?-preguntó George.
-No sé-contesto uno de ellos-.¿Qué quieres comer. Al?
-No sé-dijo Al-. No sé lo que quiero comer.
Afuera aumewntaba la oscuriodad. Las luces de las calles se veían por la ventana. Los hombres sentados ante el mostrador leían el menú. Desde el otro lado del mostrador. Nick Admans los miraba. Cuando entraron, estaba hablando con George.
-Una costilla de cerdo con puré de patatas y de manzanas-dijo el primer hombre.
-Eso no está listo todavía.
-¿Y para qué demonios lo pone en la lista?
Ése es el menú de la comida que empieza a servirse a las seis-Explicó George.


En la pausa, los hechos de la historia están detenidos. El relato multiplica los indicios de lugar o de tiempo, o merodea en la caracterización de algún personaje, mientras los sucesos de la historia se interrumpen en una ausencia de acontecimientos. Estas pausas son casi siempre descriptivas, aunque es necesario aclarar que no toda descripción implica una pausa. La pausa es, para Genette, el tipo de "descripciones que emprende el narrador deteniendo la acción e interrumpiendo la duración de la historia".
Así, puede haber pausa evaluativas en las que el narrador interrumpe el relato de las acciones para reflexionar sobre lo que narra o para producir cualquier tipo de consideración.
En  "La espera" 10 de Jorge Luis Borges, un hombre que se hace llamar Villari llega a una casa de pensión en un barrio "del Noroeste". Sólo sale esporádicamente y con extrema cautela. Tiene sueños extraños de persecuciones,evidentemente huye de alguien. Después de un tiempo, el verdadero Villari y otro hombre llegan a su cuarto y lo matan.
En este relato, una pausa descriptiva muy señalada es la que comienza cuando se representa la pieza donde va a vivir Villari cuando llega al barrio, con su empapelado y mobiliario:
La cama era de hierro, que el artífice había deformado en curvas fantásticas, figurando ramas y pámpanos; asimismo, un alto ropero de pino, una mesa de luz, un estante con libros a ras del suelo, dos sillas disparejas y un lavatorio con su palangana, su jarra , su jabonera y un botellón de vidrio turbio. Un mapa de la provincia de Buenos Aires y un crucifijo adornaban las paredes: el papel era carmesí, con grandes pavos reales repetidos, de cola desplegada. La única puerta daba al patio.

En cambio, la visión del barrio que tiewne Villari a su llegada es más próxima a la acción. Esta primera descripción del barrio incluye la reflexión y evaluación del personaje en relación con lo que ve:

El coche lo dejó en el cuatro mil cuatro de esa calle del Noroeste. No habían dado las nueve de la mañana; el hombre notó con aprobación los manchados plátanos, el cuadrado de tierra al pie de cada uno, las decentes casa de balconcito, la farmacia contigua, los desvaídos rombos de la pinturería. Un largo y ciego paredón del hospital cerraba laacera de enfrente; el sol revedrberaba más lejos, en unos invernáculos. El hombre pensó que esas cosas (ahora arbitrarias y casuales y en cualquier orden, como las que se ven en los sueños) serían con le tiempo, si Dios quisiera, invariables, necesarias y familiares. En la vidriera de la farmacia se leía en las letras de loza: Breslauer, los judíos estaban desplazando a los italianos, que habían desplazado a lo criollos. Mejor así, el hombre prefería no alternar con gente de su sangre.

Como ya de dijo, ciertas pausas reflexivas están más cercanas al comentario o a la evaluación de lo que se está contando y, en ese sentido, quedan afuera de los contenidos narrativos, de la historia. es el caso de las reflexiones metadiscursivas del narrador en "Diario para un cuento", de Julio Cortázar, 11 cuando refiere las dificultades que la escritura de ese texto le causa: "Lo que es peor, me cansa releer para encontrar una ilación, y además esto no es el cuento".
En "los asesinos"12 de Ernest Hemingway, a pesar de que el relato avanza con le ritmo constante de la escena, puesto que predomina el diálogo, aparecen algunas brevísimas pausas en las que se caracteriza a los personajes: "...Era aproximadamente de la misma estatura que Al. Sus caras eran distintas, pero vestían como mellizos. Ambos llevaban abrigos demasiado ajustados para su cuerpo. Estaban inclinados hacia delante con los codos sobre el mostrador".
La duración del relato en el resumen es emnor a la que los hechos tienen en la historia. Implica un acondensación del tiempo y su efecto se percibe en la velocidad con que la historia puede avanzar, a menudo varios años en unos pocos renglones.
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11Julio Cortázar, Cuentos Completos/2, Madrid, Alfaguara-Santillana, 1994.
12Ernest Hemingway, op. cit.

En el cuento de Cortázar citado más arriba, el ritmo narrativo cambia abruptamente al final; el narrador, después de una relación afectiva con una prostituta llamada Anabel, que se desarrolla durante casi todo el relato-conocimiento, escritura de las cartas a su novio marinero, iniciop del vínculo, complicación con e asesinato de otra prostituta, escape del narrador con su novia a Necochea, y otros sucesos-, decide viajar a Paris donde finalmente se queda a vivir. Mientras el relato de los primeros acontecimientos de la historia de despliega minuciosamente, este ultimo es objeto de un resumen al que le dedica algo menos que una escueta oración:
"...y en esos meses se medio el juego de venirme a Europa por un tiempo, y al final me fui quedando, me fui aquerenciando hasta ahora, hasta el pelo canoso, esta diabetes que me acorrala en el departamento, estos recuerdos".
Lo que se está contando casi terminó, los protagonistas se han separado, el sentido que el texto construye con este resumen tiene que ver con las dificultades del narrador-personaje para comprender los verdaderos motivos de sus actos y, en consecuencia, con la importancia que le sda a los hechos. Lo que a él le parece azaroso es percibido por el lector como una huída, y su relato, como la forma de esa negación. Esta dificultad del personaje para darse cuenta de loq ue verdaderamente le está pasando, está trabajada también con el recurso del punto d vista, que será analizado en el capítulo siguiente.
El resumen citado da cuenta de que la distancia del narrador en relación con los hechos es doble: temporal, porque los sucesos han acontecido en la décadas del cuarenta en Buenos Aires mientras la enunciación se realiza en 1982, y espacial, porque el narrador se ha ido a vivir a Europa.
La Elipsis, última alteración de la velocidad, es un recurso que implica la ausencia del relato. Este recurso silencia o evita la narración de acontecimientos que evidentemente han tenido lugar en la historia pero que no se narran.
En algunos casos, las elipsis se explicitan: se informa que hubo un tramo de los contenidos narrativos que se omitió. Genette sostiene que este tipo de elipsis se acerca a los resúmenes igual a cero. Estas elipsis aparecen con fórmulas tales como "después de dos años" o "en la primavera siguiente".
Siempres implica acciones que el lector recuperaq a partir de la lectura de las consecuencias.
Siempre implica acciones que el lector recupera a partir de la lectura de las consecuencias.
El cuento "El cautivo"13 de Jorge Luis Borges, tiene un ritmo narrativo próximo al resumen en el relato de la historia de un niño que desapareció después de un malón y al que buscaron sin resultado. Muchos años después fue recuperado, pero el niño ya era un indio y, finalmente, volvió al desierto. El narrador se interroga sobre los sentimientos de ese indio al enfrentarse con la casa de su niñez y con us poadres y, como lo que el relato hace es reflexionar sobre ese choque de civilizaciones en la conciencia del personaje, elide la narración del encuentro entre los padres y el hijo recuperado.

En pocas líneas, el relato cuenta que, al cabo de los años, alguien les habló a los padres de un indio de ojos celestes que bien podría ser su hijo. El narrador continúa: "Dieron al fin con él (la crónica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé)y creyeron reconocerlo".
Esta elisión es significativa de las intenciones del narrador. Elige contar la recuperación como suceso, pero no necesita abundar en los detalles de reencuentro, y pr eso, elide el relato de esos acontecimientos.
La elipsis que implican lagunas mayores de termporalidad del realto con una interrupción muy extensa de tiempo, son más comunes en las novelas, que son más caudalosas y por lo tanto llevan a sintetizar o pasar por lo alto lo que no es significativo-son las elipsis que Genette llama implícitas. En este caso extremo la elipsis pediría al lector una hipótesis sencilla sobre acontecimientos que debieron suceder pero que no se narran porque no interesan. En un cuento, en cambio, la elipsis se utiliza generalmente con una marcada intencionalidad estética, como cuando lo elidido se insinúa como una revelación o un dato que debe descifrar el lector. En el caso del relato de Borges. la elisión en la que el narrador dice que "no sabe" del todo algo que cuenta se relacionacon su concepción de la narración como algo que ya se narró antes.
Para Borges, todo realto es "otra versión": "En Junín o Tapalqué refieren la historia", comienza diciendo el narrador de "El cautivo" mientras introduce la primera imprecisión, propia de las versiones.

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13 JOrge Luis Borges, El Hacedor, Buenos Aires, Emecé,1960

Una cuestión que debe ser tenida en cuenta para la interpretación de las elipsis narrativas es la de la importancia que el narrador otorga a los acontecimientos que relata, en la mayoria de los relatos hay acontecimientos que el narrador elige representar y otros que da como presupuestos.
Este último es el caso de "La espera" de Borges, relato en el que se ha elidido una acción inicial, probablemente una tradición o un asesinato por parte del perseguido. Si todo se narrase, como se dice frecuentemente, el mapa sería tan extenso como el territorio.
Frecuencia
Genette llama frecuencia narrativa a la realción entre la cantidad de veces que un dato a parece en el discurso y las veces que sucede en la historia. Un hecho único, pero significativo, puede ser narrado varias veces en un relato; ejemplo más ilustrativo es el del crimen que en una novela policial es narrado por cada uno de los implicado; pero en el polo opuesto también es posible que en un hecho se repite, pero  sucede cada vez en su unicidad como el levantarse del Sol, sea narrado una sola vez. Son estas variaciones las que Genette clasifica en tres categorías de frecuencia como: relato singulativo, relato repetitivo y relato iterativo.
El relato singulativo es el que predomina en la mayoría de las narraciones; es un enunciado narrativo que da cuenta una sola vez de un hecho singular. Obviamente, es el tipo de frecuencia que predomina en la mayoría de los relatos. Las acciones suceden, en términos generales, una vez y de esa manera se las narra. El comienzo de "La espera", 14 de Jorge Luis Borges, incluye, como recurso de velocidad, una pausa descriptiva, pero la frecuencia es singulativa porque la llegada que narra no será retomada por el relato.
La frecuencia singulativa no es exactamente la que narra un acontecimiento único, sino una paridad en relación con la veces en que un hecho se produce en la historia y el número de veces en que el relato lo toma a su cargo. Hay acciones que, a veces se repiten en las historias y puede suceder que el relato dé cuenta de ello con un enunciado por cada vez que sucede; ésos serían, también, casos de relato singulativo.



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14Jorge Luis Borges, op. cit.



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