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miércoles, 6 de octubre de 2010

Advertencia: La Pedagogía de la Alternancia

"la vida educa y enseña"

La pedagogía de la alternancia ya cuenta con 60 años de historia. Su estrategia esencial consiste en que el joven rural alterne un período en la escuela y un período en su hábitat de vida y trabajo. Es una experiencia que ha conocido un singular éxito en las comunidades donde se instaló. En el sistema de alternancia no es un alumno aislado el que ingresa a la escuela, sino la familia en su conjunto. Se propone una educación integrada e integradora, donde el alumno cumple sus etapas formativas en la escuela y también con su familia. Es un método que enlaza permanentemente a la escuela con la realidad y que fortalece el diálogo entre padres, hijos, docentes y otros actores de la comunidad. Partiendo de esta concepción pedagógica, una escuela de alternancia cubre necesidades vitales de la familia rural como evitar el desarraigo, participar activamente del proceso de enseñanza-aprendizaje, contar con un servicio de altísimo grado de retención y de estrecha vinculación con el mundo del trabajo.

Las escuelas de alternancia tienen un largo y rico historial filosófico y pedagógico. Los franceses fueron pioneros en el sistema desde 1937 y cuentan actualmente con 500 centros y más de 33.000 alumnos. También están presentes en África y América latina. En total superan las 950 escuelas en 27 países y una matrícula estimada de 95.000 jóvenes. En el país de Argentina se ha iniciado en 1969 en el norte de la provincia de Santa Fe. Existen las escuelas oficiales de gestión pública: los Centros Educativos para la Producción Total (CEPT) en Buenos Aires y las Escuelas de Alternancia (EA) en Jujuy y Corrientes; y las de gestión privada: las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA) y los Centros de Formación Rural
(CFR). En total suman 70 escuelas con 8.000 alumnos aproximadamente.

La experiencia argentina se caracteriza por dos componentes básicos.

  •  Uno es la participación organizada de las familias y miembros de la comunidad, a través de los Consejos de Administración con su rol de gestión y pedagógico.
  •  El otro, los instrumentos que posibilitan la concreción de una escuela abierta y participativa, que trabaja con y en la realidad, vinculando a los actores educativos con el trabajo familiar, preparando al alumno dentro de una concepción de arraigo, para las labores productivas o la continuación de estudios superiores.
La experiencia indica que la inmensa mayoría de docentes de alternancia se adecuan a este perfil o solicitan capacitarse para cumplir su rol. La práctica cotidiana muestra docentes rurales con un alto grado de compromiso, que se debe -entre otros motivos- a que pertenecen y constituyen un proyecto institucional educativo y productivo innovador y realista trabajando en equipo y junto a la comunidad.

Inserción laboral


Argentina

La riqueza de la alternancia está en el ida y vuelta permanente entre la escuela y la vida; en la actitud comprometida de todos los actores (alumnos, docentes, familias, comunidad rural local); esta pedagogía no forma en un oficio concreto sino que contribuye a que el joven se sitúe en un contexto dado con las mejores capacidades técnicas y sociales posibles. Gracias a distintas herramientas como los planes de búsqueda, las visitas de familia, las pasantías, las tesinas y los proyectos productivos, los jóvenes aprenden a discernir y poner en práctica los mejores caminos para contribuir al progreso familiar y al desarrollo local. Recientes estudios de entidades de gestión pública y privada indican una fuerte inserción de los egresados en actividades productivas y de servicios en el medio rural y la continuidad de estudios terciarios o universitarios para aquellos que lo desean. Esto es posible gracias al desarrollo de un adecuado Proyecto Educativo Institucional que se lleva adelante en el marco de una realidad socioeconómica propia y con un trabajo armónico entre el equipo docente y las familias. Las herramientas Planes de búsqueda: los alumnos realizan una investigación en el período de dos semanas que viven con su familia. Los temas emergen de sus intereses y deben estar relacionados con situaciones productivas, sociales, culturales que involucren a su entorno. Cuando vuelven a cumplir con su período de una semana en la escuela comparten sus trabajos y elaboran una síntesis que es devuelta a las familias. El plan de búsqueda ofrece un conjunto de conceptos teórico-prácticos que son retomados y complementados por el equipo de profesores. Las visitas de familia: en el período que los jóvenes viven, trabajan y estudian con sus familias, los docentes los visitan. Esta herramienta convierte al hogar familiar en un ámbito educativo más, nutriendo al equipo docente de los insumos pedagógicos necesarios para la tarea educativa, además de convertirse en una oportunidad donde se gestan propuestas de todo tipo.

El lenguaje en la escuela

Por Luis Jaime Cisneros

Un plan de estudios se formula para promover modificaciones en la conducta de los alumnos. Implica condiciones y actividades de observación y aprendizaje sujetas a exigencias específicas. Todo ello comporta una madurada estrategia. Enseñamos cursos distintos relacionados con el lenguaje a lo largo de varias etapas escolares, y es natural que estemos alertas respecto del currículo y del alumno.


Si tuviera que plantearme el ideal de la enseñanza lingüística en los primeros años de la enseñanza primaria, sencillamente insistiría en afirmar que esa enseñanza debe estar relacionada con la claridad del alma y de la mente. Que el lenguaje sirva para que el niño vea claro. Ver claro dentro de sí mismo es un modo de comprobar que las cosas se imponen y triunfan del error y la oscuridad, puesto que ver con claridad es enriquecer espontáneamente con los ojos del cuerpo y de la mente la verdad sencilla de las cosas. 

En ese sentido, no nos podemos ocultar que cuando la escuela inicia su tarea con el lenguaje ya llega tarde. Por algo el niño que no sabe hablar no tiene acceso a la escuela primaria. La escuela exige como pasaporte imprescindible un primer entrenamiento: un manejo incipiente de la lengua oral. Dicho entrenamiento no supone conocimiento alguno de técnica lingüística sino conciencia primera de que el lenguaje sirve para denunciar intenciones, transmitir sentimientos, manifestar deseos, consignar el vínculo con los otros y expresar pequeños arrebatos de rabia o alegría, o revelaciones de la vida interior. Lo que el alumno aporta esencialmente a su primer contacto escolar es una inicial experiencia de uso.

La escuela no suele aprovechar debidamente dicha experiencia, atareada por preocupaciones de rigor gramatical. Por eso conviene preguntarse cuál es, o cuál debe ser, el desiderátum de esa enseñanza lingüística en el nivel inicial de la enseñanza primaria. Yo diría que hay que adiestrar al alumno en el arte de decir y comprender, en sus perspectivas ricas e ingenuas, perfectibles y abiertas de conversación. Son actividades, todas ellas, tramadas de dificultades no siempre fáciles de detectar, y menos aún de salvar. ¿Por qué calificamos de difíciles estas operaciones? Porque en la mayoría de las escuelas primarias, en América Latina, se suele otorgar gran preferencia a contactar al estudiante con la lengua escrita, antes de inspirarle confianza y oportuna conciencia de la oralidad y de su eficacia comunicativa. Pero la oralidad es ahora el horizonte adecuado para adquirir dominio de cuantos servicios ofrece el lenguaje, y conduce al alumno a cobrar conocimiento cierto de su auténtica calidad humana al descubrirse y confirmarse como ‘emisor’ y ‘receptor’ de la comunicación con el prójimo. En el ejercicio de la lengua oral el niño afirma su seguridad y su confianza. La oralidad nos pone en condiciones de apreciar el valor socializador del lenguaje y permite que el muchacho aprenda a discernir cómo forman parte de su contexto discursivo el paisaje exterior, las gentes con quienes habla, sus propios estados de ánimo y las circunstancias todas que rodean a un hecho de lengua. La oralidad permite, además, como es obvio, advertir la eficaz y espontánea ayuda de la gesticulación y el decisivo valor semántico de la melodía. La entonación es un arma que hay que poner de relieve antes de internarse en la lectura.

Grata impresión me depararon algunas escuelas primarias europeas. Los niños se recreaban con el lenguaje. Decían poesías, romances, jitanjáforas, juegos de palabras. Gustaban la lengua como si alguien los hubiera programado para que le tomasen el verdadero sabor. Después de ese dominio de la oralidad, venía el encuentro con la escritura. De ese modo, la lengua venía a ratificar la posesión y a dar, al mismo tiempo, la seguridad indispensable a la expresión.
El aprendizaje de la lengua oral reclama que la escuela ratifique la vacilación inicial con que el alumno se mueve, hasta que quede reemplazada por la destreza. Antes de enseñar a ‘leer’, hay que poner interés en que el niño aprecie el valor de los acentos y juegos tonales. Que aprenda a descubrirse y a descubrir a los otros (es decir, que aprenda a ‘rastrear’ la intención de lo que se comunica a través de la entonación).

Apreciacón Personal

Me parece muy importante el tema abordado por Luis Jaime Cisneros  acerca del papel fundamental del aprendizaje oral  en  los alumnos, ya que es un tema  de las debilidades en la educación del Perú  principalmente en la educación primaria.
Hay que entender que la eduación primaria forma la base de la formación linguística oral en los alumnos, porque consecuentemente al finalizar su educación éste debe  terminar de  un dominio oral.
Señalaba el autor que en países de europa dan como prioritario en su educación primaria el dominio de la oralidad y después venía a lo que Jaime Cisneros llamaba el encuentro de la escritura .

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