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miércoles, 20 de julio de 2011

EL ANALISIS CRÍTICO DEL DISCURSO

RESUMEN
¿Qué es el análisis critico del discurso?
Es un tipo de investigación analítica sobre el discurso que estudia primariamente el modo en que el abuso del poder social, el dominio y la desigualdad son practicados, reproducidos, y ocasionalmente combatidos, por los textos y el habla en el contexto social y político. Lo cual espera contribuir de manera efectiva a la resistencia contra la desigualdad social. Esto ya se veìa a principios en la teoría critica de la escuela de Frankfurt Su orientación es hacia el lenguaje y el discurso se inicio con la “lingüística critica”.
El ACD puede entenderse como una reacción contra los paradigmas formales. Cabe encontrar una perspectiva más o menos crítica en áreas tan diversas como la pragmática, el análisis de la conversación, el análisis narrativo, la retórica, la estilística, la sociolingüística interaccional, la etnografía o el análisis de los media, entre otras.
Los analistas del discurso y la sociedad
Para los ACD lo crucial es la conciencia explicita de su papel en la sociedad; el discurso académico, son inherentemente partes de la estructura social, por la que están influidos, y que se producen en la interacción social. En lugar de denegar o de ignorar las relaciones entre el trabajo académico y la sociedad, los analistas críticos proponen que tales relaciones sean estudiadas y tomadas en consideración, y que las prácticas académicas se basen en dichas observaciones. La reflexión sobre su papel en la sociedad y en la vida política se convierte así en constituyente esencial de la empresa analítica del discurso. Los ADC deberían ante todo ser críticos de si mismos y de los demás en su propia disciplina y profesión. Los investigadores críticos aspiran a producir conocimiento y opiniones, y a comprometerse en prácticas profesionales que puedan ser útiles en general dentro de procesos de cambio político y social, y que apoyen en particular a la resistencia contra el dominio social y la desigualdad. Lo cual significa que los investigadores críticos con frecuencia estarán al lado de los distintos grupos y gentes socialmente dominados en el mundo.
Análisis del discurso críticos vs. Análisis del discurso acríticos.
En las disciplinas más avanzadas, y especialmente en los paradigmas más abstractos y formales, con frecuencia se descalifica y se marginaliza a la investigación crítica tachándola de «política», y por tanto de «acientífica».
Hay diversas razones por las cuales el ACD puede superar a otras aproximaciones «acríticas» en el estudio del discurso. Ante todo, el ACD no se ocupa exclusivamente de teorías y paradigmas, de modas pasajeras dentro de la disciplina, sino más bien de problemas sociales y de asuntos políticos. El uso del lenguaje, los discursos y la comunicación entre gentes reales poseen dimensiones intrínsecamente cognitivas, emocionales, sociales, políticas, culturales e históricas.
La perspectiva del ACD requiere una aproximación «funcional» que vaya más allá de los límites de la frase, y más allá de la acción y de la interacción, y que intente explicar el uso del lenguaje y del discurso también en los términos más extensos de estructuras, procesos y constreñimientos sociales, políticos, culturales e históricos. El ACD tiende singularmente a contribuir a nuestro entendimiento de las relaciones entre el discurso y la sociedad, en general, y de la reproducción del poder social y la desigualdad.
¿Cómo son capaces los grupos dominantes de establecer, mantener y legitimar su poder, y qué recursos discursivos se despliegan en dicho dominio?
el ACD proporciona detallados y sistemáticos análisis de las estructuras y estrategias de texto y habla, y de sus relaciones con los contextos sociales y políticos.
Según Fairlough y Wodak lo resúmen como sigue los principios básicos del ACD.
1. El ACD trata de problemas sociales.
2. El discurso constituye la sociedad y la cultura
3. El discurso hace un trabajo ideologico
4. El discurso es histórico
5. El enlace entre el texto y la sociedad es mediato
6. El nalisis del discurso es interpretativo y explicativo.
7. El discurso es una forma de acción social.
Marcos conceptuales y teóricos.
El ACD no posee tampoco un marco teorico unitario.. Dentro de los objetivos susodichos evolucionan muchos tipos de ACD, que pueden se teóricos y analíticamente bastante diversos.
Macro vs. Micro.
El discurso, y otras interacciones socialmente situadas cumplidas por actores sociales, pertenecen típicamente alo que se suele denominar el “micro-nivel”del organismo social, mientras que las instituciones, los grupos y las relaciones de grupos, y por tanto el podr social, se emplazan usualmente en su “macro-nivel”. Puesto que el ACD pretende estudiar cómo el discurso esta involucrado en la reporoduccion dl poder social.
Afin de vincular el discurso con la sociedad en general, y con la desigualdad social en particular, necesitamos u marco teorico que nos haga capaces de enlazar dichos diversos niveles de descripción. He aquí algunas de las maneras en las que niveles diferentes del análisis social pueden relacionarse.
A) Miembro de un grupo.
Los catores sociales, y por lo tanto también los usuarios del lenguaje, se involucran en el texto y en el habla al mismo tiempo como individuos y como miembros de variados grupos sociales, instituciones, gentes, etc. Si actúan en tanto miembros de un grupo, es entonces el grupo el que actua a través de uno de sus miembros.
B) Relaciones entre acción y proceso.
La acciones de os niveles mas bajos pueden conformar directa o indirectamente procesos sociales o relaciones sociales globales entre grupos.
C)Contexto y estructura social.
Los participantes actúan en situaciones soicales, y los usuarios del lenguaje se implican en el discruso dentro de una estructura de constreñimiento que ellos consideran o que se hacen relevante en la sitacion social, esto es, en le contexto.
D) Representaciones sociomentales.
El poder del control.
Definiremos el poder social en términos de control. Así, los grupos tienen (más o menos) poder si son capaces de controlar (más o menos ), en su propio interés, los actos y las mentes de los (miembros de) otros grupos.
Esta habilidad presupone un poder básico consistente en el acceso privilegiado a recursos sociales escasos como el conocimiento, la información, la “culatura”, o incluso varias formas del discurso publico y de la comunicación.
Las relaciones entre las formas de acceso a formas especificas de discurso por ejemplo la política.etc…
Nuestras mentes controlan nuestra acción. por ultimo tenemos que las mentes de la gente son influidas sobre todo por los textos y por el habla, descubrimos que le idscurso puede controlar, almenos indirectamente, las acciones de la gente, tal y como sabemos por la persuacion y la manipulación.
El ACD se centra en la explotación de tal poder, y en particular en el dominiop, esto es, en los modos en que se abusa el control sobre el discurso para controlar las creencias y acciones de la gente en interés de los grupos dominantes.
Por ejemplo una violación de normas que hace daño a otros, daos ciertos estándares éticos como las reglas (justas), los acuerdos, las leyes o los derechos humanos.
Se divide el entero proceso de la reproducción del poder discursivo en dos cuestiones básicas para la investigación en ACD.
Disponemos ahora de una muy general descripción de la manera en la que el discurso funciona en la reproducción del poder y del dominio en la sociedad. Simplificando incluso aún más tales hartas intrincadas relaciones, dividiremos el entero proceso de la reproducción del poder discursivo en dos cuestiones básicas para la investigación en ACD:
a) ¿Cómo los grupos (más poderosos) controlan el discurso?
b) ¿Cómo tal discurso controla la mente y la acción de los grupos (menos poderosos), y cuáles son las consecuencias sociales de este control?
La primera pregunta requiere especialmente investigación interdisciplinar en los límites entre los estudios del discurso, la sociología y la ciencia política, y la segunda involucrará sin duda a la psicología cognitiva y social. Obviamente, para entender cómo el discurso contribuye a la desigualdad social hay que estudiar también las consecuencias de la pregunta
b), en particular cómo el control de la mente y de la acción en beneficio de grupos dominantes
Constituye la desigualdad social o conduce a ella. Asimismo, a fin de comprender la disidencia y la oposición necesitamos saber cómo los grupos dominados son capaces de resistir frente al control del discurso, de la mente y de la acción, o de adquirirlo.
El acceso al discurso y su control
La mayoría de la gente únicamente tiene control activo sobre el habla cotidiana frente a miembros de su familia, amigos o colegas, disponiendo de un control sólo pasivo sobre, por ejemplo, el uso de los media. En muchas situaciones, la gente común es un blanco más o menos pasivo para el texto o el habla, por ejemplo. de sus jefes y maestros, o de autoridades tales como los policías, los jueces, los burócratas estatales o los inspectores de Hacienda, quienes pueden decirles sin más lo que deben o no creer o hacer. En cambio, los miembros de grupos o instituciones socialmente más poderosos disponen de un acceso más o menos exclusivo a uno o más tipos de discurso público, y del control sobre ellos
El control de la mente
controlar las mentes de la gente es el otro medio fundamental para reproducir el dominio y la hegemonía. Nótese no obstante que «control de la mente» es poco más que una cómoda apelación. La psicología cognitiva y las investigaciones sobre la comunicación de masas han mostrado que influenciar la mente no es un proceso tan directo como las ideas simplificadoras sobre el control a veces sugieren (Britton y Graesser, 1996; Glasser y Salmon, 1995; Klapper, 1960; Van Dijk y Kintsch, 1983). Los receptores pueden ser bastante autónonomos y variables en su interpretación, y uso del texto y del habla, que son también una función de la clase, del género o de la cultura (Liebes y Katz, 1990).
En un marco de ACD, por lo tanto, «el control de la mente» implica más que la simple adquisición de creencias sobre el mundo por medio del discurso y de la comunicación. Los elementos del poder y del dominio, en este caso, entran en la descripción de varias maneras:
a) A menos que sean inconsistentes con sus creencias y experiencias personales, los receptores tienden a aceptar las creencias (conocimientos y opiniones) transmitidas por el discurso de las fuentes que consideran autorizadas, fidedignas o creíbles, tales como los académicos, los expertos, los profesionales o los media de confianza (Nesler et al., 1993).
b) En algunas ocasiones, los participantes están obligados a ser receptores del discurso.
c) En muchos casos no existen otros discursos o media que provean informaciones de las cuales quepa derivar creencias alternativas (Downing, 1984).
d) Y, en directa relación con los puntos previos: los receptores pueden no poseer el conocimiento y las creencias necesarias para desafiar los discursos o la información a que están expuestos (Wodak, 1987).
Analizar la mente
Una distinción útil es la que suele establecerse entre la memoria episódica y la semántica, que denominaremos respectivamente memoria personal (subjetiva) y social (intersubjetiva). La memoria personal (Tulving, 1983) consiste en la totalidad de nuestras creencias personales (conocimiento y opiniones). Es ampliamente autobiográfica y ha sido acumulada durante nuestra vida a través de nuestras experiencias, incluyendo los acontecimientos comunicativos en los que hemos participado. Además de conocimiento personal sobre nosotros mismos, sobre otras gentes, objetos o lugares, la memoria personal también presenta creencias sobre hechos específicos en los que hemos participado o sobre los que hemos leído, incluyendo las opiniones personales que tenemos sobre ellos.
Las estrategias discursivas del control de la mente
Disponemos ahora de una comprensión elemental de algunas de las representaciones de la mente, y de lo que significa controlarlas. La cuestión crucial es entonces: ¿cómo son el discurso y sus estructuras capaces de ejercer tal control? Según lo visto más arriba, en el análisis del control sobre el discurso, dicha influencia discursiva puede deberse tanto al contexto como a las propias estructuras del texto y del habla.
La influencia del contexto
El análisis crítico del discurso se centra en aquellas propiedades de las situaciones sociales, y en sus efectos sobre los modelos preferenciales de contexto, que contribuyen al control ilegítimo de la mente, como hemos dicho antes. Un caso típico de control de la mente basado en el contexto es el abuso de poder y de sus recursos sociales (fuerza, ingresos, estatus, conocimiento, competencia, etc.) destinado a realzar las propias credibilidad y legitimidad (Martin Rojo y Van Dijk, 1997).
Cómo el discurso controla la mente
Los usuarios del lenguaje leen textos o escuchan el habla, usan sus informaciones y estructuras con el fin de construir modelos mentales personales de los acontecimientos, e infieren (o confirman) creencias sociales compartidas más generales, dentro del marco de la representación del contexto.
Propiedades del discurso son capaces entonces de controlar el proceso:
1. los temas.
2. los esquemas discursivos.
3. El significado local, la coherencia.
4. Los estilos.
5. Los recursos retóricos.
6. Los actos del habla.
7. Dimensiones interaccionales del discurso, como por ejemplo: la distribución de turnos, la división en secuencias, etc.


La complejidad de las relaciones entre el discurso y el pode
Debido a que el control de la mente y de la acción es lo que define el poder, el control del discurso confirma y extiende el poder de los grupos dominantes, al igual que su abuso de éste. Y finalmente, puesto que el abuso del poder o el dominio se caracterizan en los términos de los intereses de los poderosos, el discurso puede también contribuir a la confirmación, o incluso al incremento, del desequilibrio en la igualdad social, y por consiguiente a la reproducción de la desigualdad social.

El discurso y la reproducción del racismo
La cuestión aquí es que las representaciones negativas son básicamente (si bien no únicamente) adquiridas y reproducidas a través del habla, y del texto, de y entre el grupo dominante (blanco, occidental, europeo).Una de las tareas mayores del ACD consiste en examinar cómo sucede exactamente tal cosa, esto es, cómo el discurso de la mayoría contribuye a las creencias etnocéntrica y racista, y las reproduce, entre los miembros del grupo dominante.

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